La intervención del coach será adecuada cuando se encuentre frente a:
- Equipos en crisis
- Equipos de proyecto
- Equipos en transición
- Equipos fusionados
- Grupos gerenciales
Una vez explicado todo lo anterior, se puede definir el coaching de equipos como el proceso de acompañamiento a un equipo de personas para el logro de sus objetivos a través de acciones que fomentan la cooperación entre ellas, impulsándolos a revisar y mejorar sus relaciones, procesos de trabajo y valores.
El coaching de equipos es un proceso vivencial, práctico y excepcionalmente conectado con lo que cada equipo es y necesita: se trata de un proceso especialmente diseñado para que cada equipo descubra, defina, desarrolle y construya sus propios principios de trabajo en conjunto.
Alain Cardon, en su libro Coaching de equipos, afirma que esta variante del coaching es mucho más que la suma de los procesos individuales aplicados en un contexto colectivo. En Jamming, los coaches también lo creemos así.
Sin embargo, a medida que se desarrolla la aplicación del coaching en el ámbito de las empresas, también surge la necesidad de observar y distinguir las diferencias entre los distintos procesos de coaching que conviven en una organización. A menudo, las empresas contratan coaches para procesos individuales que, al final, deriva en un coaching grupal o de equipo.
Al hacer eso se pierde la perspectiva, pues en un proceso de coaching individual el enfoque está en ayudar a desarrollar las aptitudes del coachee y el proceso se evalúa de acuerdo a la evolución de los resultados personales, mientras que en el coaching de equipos se acompaña a un equipo a desarrollar su aptitud como conjunto y se valora la evolución de sus resultados colectivos.
Se entiende entonces que los fines del coaching individual y del de equipos son diferentes y, con frecuencia, complementarias. Dada su naturaleza, el coaching individual no puede ir hasta el límite de la complejidad del trabajo en equipo.
Por lo general, el coaching de equipos está estructurado en sesiones mensuales de aproximadamente cuatro horas a lo largo de un año por un total de doce sesiones. La mayoría de veces estas sesiones coinciden con las reuniones regulares en las que el equipo resuelve los desafíos de negocio o trabaja en el proyecto que les ha sido asignado. En algunas de estas reuniones se plantean herramientas específicas según lo que el coach estima conveniente para la etapa de desarrollo del proyecto o la dinámica relacional en la que el equipo se encuentra.
En el coaching de equipos hay diversos componentes:
- Un equipo
- Un desafío de negocio
- Un cliente
- Un coach
Sumados a los conceptos de equipo y coach ya desarrollados líneas atrás, el desafío de negocio es el objetivo que la empresa ha asignado al equipo: la razón de su conformación, mientras que el cliente es la persona que contrata los servicios del coach o líder coach, jefe del equipo o líder del proyecto que ha sido asignado al equipo.
Cuando se contrata un coach de equipos, este se reúne con el cliente para conocer sus expectativas y evaluar el proceso como fuente de información para el propio equipo —y en algunas oportunidades hasta como «recurso» o fuente de recursos (sean materiales, económicos, de información, tecnológicos, de infraestructura, de autorizaciones o de negociación con otros equipos u otros directivos de la empresa)—. En ese estado, el equipo puede solicitar su asistencia a ciertas reuniones y exigir retroalimentación a los avances en el logro de resultados del equipo.
El coaching de equipos trabaja sobre la relación y dinámica formadas entre los miembros del equipo, y su objetivo es acompañarlos en su desarrollo para que el resultado del conjunto supere con creces al de la suma de las partes. Desde esa perspectiva, enfoca al equipo como un sistema.
En este punto también cabe diferenciar el coaching de equipos del team building, aunque sí es posible que se inicie con un taller de uno o dos días para crear equipo y definir reglas.
El coaching de equipos se esfuerza en lograr mayor cohesión y unidad entre los colaboradores de los equipos mejorando la comunicación, la confianza y el liderazgo y, en simultáneo, intenta coordinar acciones que estén en línea con los objetivos de la organización.
En síntesis, el coaching de equipos se centra en estas metas:
- Analizar el grado de cohesión del equipo.
- Compartir la idea de alineamiento del equipo alrededor de una misma cultura otorgando coherencia a la actuación del mismo y proporcionando un impacto único como equipo, de modo que resulte inspirador para la empresa.
- Desarrollar nuevas estrategias para resolver contradicciones, tensiones y conflictos en equipo a partir de alianzas sólidas para el futuro.
- Definir como equipo un sentido de enfoque y ejecución que permita acompañar a la organización en situaciones turbulentas hacia aquellos escenarios que realmente marcan la diferencia.
- La clave del aprendizaje en equipo no depende de la amistad sino de otro tipo de relación.
- La base del coaching de equipos es el dominio personal de sus componentes y el desarrollo de una visión compartida.
- El coaching de equipos involucra un proceso de alineamiento con la visión compartida para crear los resultados que los colaboradores realmente desean.
- Cuando se pertenece a un equipo auténticamente alineado con la visión compartida existe un sentimiento positivo difícil de describir en el espacio laboral. Muchos gerentes pueden sostener reuniones de muchas horas de duración sin percatarse del tiempo y llegar a un nivel de sintonía y entendimiento conjunto tal que no se necesitan votaciones.
El coaching de equipos puede beneficiar a todos los implicados: a la empresa y los clientes en lo que se refiere al enfoque de negocios, a los directivos por el impacto en la cultura organizacional y, a los miembros del equipo por la cultura y el aprendizaje del trabajo en equipo y del liderazgo en un sentido profesional y personal.
A medida que los colaboradores ganan autonomía y se orientan hacia los objetivos de la organización, mejora la calidad y productividad de esta y se crean relaciones de fidelidad con los clientes. Así es como los colaboradores se sienten empoderados y motivados para asumir responsabilidades cada vez más estratégicas.